miércoles, 26 de octubre de 2011

The Killing – Stanley Kubrick (1956)

El novelista Jim Thompson es uno de los autores más reconocidos en el ámbito de la novela negra, y varias de sus obras han sido llevadas al cine: recientemente se estrenó una adaptación de su novela The Killer inside me, dirigida por Michael Winterbottom y protagonizada por Casey Affleck, Kate Hudson y Jessica Alba; entre las más populares de sus obras que también han sido adaptadas al cine se encuentran The Grifters y The Gateway, de la cual hay dos versiones: una de 1972, con Steve McQueen y Ali McWraw y otra de 1994, con Alec Baldwin, Kim Basinger y Michael Madsen. Y hemos de mencionar también su novela Pop. 1280 (1280 almas, de donde toma su nombre la célebre y marginal banda bogotana de rock), adaptada al cine en 1981 por el director francés Bertrand Tavernier bajo el título de Coup de Torchon (también conocida como Más allá de la justicia), quien lleva la historia de Thompson al África colonial. Además de estas adaptaciones, Jim Thompson escribió dos guiones cinematográficos, ambos para Stanley Kubrick: Paths of Glory y The Killing, esta última una adaptación de la novela Clean Break, de Lionel White. Sin embargo, cualquiera que busque por ejemplo, en Internet Movie Data Base, o en muchas otras páginas sobre cine, encontrará que el crédito que aparece para Thompson en esta cinta es el mismo que apareció en la película: no como guionista, sino como escritor de los diálogos.

Y es cierto que Kubrick y su productor y amigo James B. Harris acudieron a él porque sabían que una de las grandes virtudes de sus novelas era su capacidad para escribir diálogos verosímiles y contundentes, que captaban y aprovechaban el auténtico habla del hampa y los bajos fondos, aderezándolo con astucia e ingenio en los parlamentos de sus personajes. Pero no deja de ser una injusticia que su crédito en la película se restrinja a los diálogos, pues según cuenta Richard Crouse: “la película sigue en mayor o menor medida el guión que Thompson redactó entre tragos de bourbon en su hotel de Nueva York. Kubrick le suministró instrucciones y notas, pero el diálogo y los personajes de la película (hombres y mujeres débiles, imperfectos y vengativos) son pura cosecha de Thompson, así que ustedes se pueden imaginar la sorpresa del escritor cuando leyó los créditos finales de la película: Guión de Stanley Kubrick, Diálogo de Jim Thompson”. 

La banda reunida urdiendo el plan
A pesar de ello, el escritor accedió a trabajar una vez más con Kubrick y su equipo en su siguiente película, creando el guión de Paths of Glory. Ello no quiere decir que todo el mérito de The Killing sea responsabilidad de Thompson; la narrativa no lineal y multifocal ya estaba perfilada en la novela de White, y fue precisamente esta novedosa propuesta la que llamó la atención del director británico y su amigo Harris. Por otro lado, la conversión a imágenes y sonidos supuso el reconocimiento de Kubrick como un autor que entraba en su mayoría de edad fílmica con esta película, aprovechando los recursos típicos de la novela negra, pero empleándolos de una manera singular para ponerlos al servicio de una historia que se convierte en todo un puzle audiovisual. Pero antes de pasar a contemplarla con algo más de detalle, no sobra hacer justicia a Thompson y recordar algunos de sus diálogos magistrales, en boca de dos personajes.

Uno de ellos, el luchador Maurice Oboukhoff, más bien secundario pero ricamente construido a través de sus propias palabras, un bruto pendenciero que parece puro músculo, pero que, además de ser fanático del ajedrez, en algún momento arroja esta “perla”: “aún no has aprendido que en esta vida debes ser como todos los demás. La perfecta mediocridad. Ni mejor, ni peor. La individualidad es un monstruo y debe ser estrangulado en su cuna, para hacer que nuestros amigos se sientan bien”. Y luego agrega: “¿Sabes? A menudo pienso que el gangster y el artista son iguales a los ojos de las masas. Son admirados y tratados como héroes, pero siempre hay gente lista para verlos destruidos en la cima de su crecimiento”.

El otro personaje con diálogos brillantes es Sherry, la esposa de George Peatty, siempre llena de ironía y desdén para referirse a su esposo, con quien sólo está por dinero. Incluso al final, cuando él la mata tras descubrir su traición, tiene fuerzas para exclamar: “No es justo. Nunca tuve a nadie, sólo a ti. No tuve un esposo real. Ni si quiera a un hombre. Sólo un mal chiste sin un giro gracioso al final”. 

George y Sherry, la esposa infiel
Sherry y su amante, Val
Y es que Sherry, aunque también es un personaje secundario, termina jugando un papel central en la trama de The Killing, que se puede enmarcar en la trama “plan de exconvicto para un último trabajo que le permita retirarse de la vida criminal”. Se trata, en efecto, de un “crimen perfecto” urdido por Johnny Clay, quien tras pasar cinco años en la cárcel regresa a la vida delincuencial con la idea de robar las arcas del hipódromo, para lo cual recluta un equipo en el que cada miembro cumplirá una tarea específica. La mayoría son empleados del hipódromo o personajes habituales de su entorno: George trabaja en la taquilla, Mike es el barman de la barra del bar, Randy es un policía que patrulla en las inmediaciones, Marvin es un alcohólico y apostador que deambula siempre por el lugar. A estos cinco personajes se les suman el luchador Maurice, quien será contratado para iniciar una pelea en el bar y distraer a la policía mientras se perpetra el robo, y Nikki Arcane, un desadaptado especialista en tiro con escopeta, reclutado para dispararle al caballo ganador de la carrera para generar otra distracción y permitirle a Johnny escapar del lugar.



El plan ha sido milimétricamente diseñado por Johnny, y el tiempo cumple un rol fundamental: cada personaje debe ejecutar su tarea a la hora exacta señalada, ocupar su lugar en el momento justo, desaparecer cuando se le ha indicado. Y en efecto, cuando se realiza, todo funciona casi como un reloj y el robo se lleva a cabo de la manera planeada, con la única falla de que Nikki es asesinado por un policía después de que cumple su tarea de matar al caballo. Pero después del robo las cosas siguen fallando: la banda reunida espera la llegada de Johnny con el dinero, pero el que se presenta es Val Cannon, el amante de Sherry, quien ha sido informado por ella del robo y quiere hacerse con el botín después de que otros han hecho el trabajo sucio. Sin embargo, George, que tenía una pistola con la que planeaba matar a Johnny (pues su esposa le había dicho que abusó de ella) sale y le dispara, lo cual desencadena una balacera en la que el único que sobrevive es George, si bien queda mal herido. Johnny, que se ha retrasado por el tráfico, llega cuando ya ha ocurrido la matanza, así que huye con el dinero y lo mete en una valija, para luego encontrarse con su amada Fay para tomar un vuelo y escapar a otra ciudad para iniciar una nueva vida. En el aeropuerto, surge otro problema: no les permiten llevar la maleta con el dinero como equipaje de mano porque es muy grande, así que les toca enviarla en la bodega del avión, pero cuando están esperando para embarcar, un perrito se atraviesa en el camino del carro que lleva las maletas, haciéndolo girar bruscamente, con tan mala fortuna que la valija con el dinero se cae y se abre, y las turbinas del avión dispersan el dinero como hojarasca barrida por el viento. Johnny y Fay tratan de escapar del aeropuerto, pero él ya se ha rendido al perder el botín, y el personal de seguridad del aeropuerto se aproxima a ellos en un desenlace melancólico.



Y un posible homenaje de Christopher Nolan...

Tal es el argumento, contado linealmente. La película lo presenta de otra manera. Una voz en off va marcando horas precisas a la manera de una crónica, y se van presentando cada uno de los personajes con su propia cronología, fragmentada y distribuida en la duración de la cinta. La variación de puntos de vista y este “desorden” cronológico, hacen que el espectador presencie las distintas líneas narrativas con pequeñas repeticiones, en una estructura compleja pero eficaz que fue rechazada por United Artists, quienes aportaron 200.000 dólares (el presupuesto total fue de 320.000; el resto del dinero provino de la familia y amigos de James Harris), exigiéndole a Kubrick que reeditara la película de manera lineal, pero el resultado terminó siendo más confuso que la versión “desarticulada”. Quentin Tarantino, quien hizo popular las estructuras narrativas modulares y las cronologías desfasadas en los años noventa, siempre ha dicho que la narrativa de The Killing inspiró su película Reservoir Dogs, así como los juegos temporales de películas posteriores como Pulp Fiction o Jackie Brown.


En cuanto al trabajo audiovisual de Kubrick, junto con su director de fotografía, Lucien Ballard, el cineasta utilizó unas angulaciones cercanas y planos próximos de los actores en interiores, construyendo atmósferas a la vez íntimas y claustrofóbicas, logradas con un lente ángulo amplio de 25mm, así como paredes falsas y removibles que le permitían travellings laterales y planos-secuencia de espacios contiguos. La iluminación, muy noir, era de luces concentradas y de un solo foco en los interiores, que creaban inusitados juegos de sombras y contrastes en los escenarios, cuidadosamente decorados. Y aunque las actuaciones no siempre son eficaces, el casting si lo es, en tanto cada rostro, cada anatomía y sus gesticulaciones se convierten en piezas que encajan con perfección en este rompecabezas trágico, que nos muestra la futilidad de todos los planes humanos, de todo deseo de controlar nuestro destino.

El perrito que hace fracasar el escape de Johnny y Fay perder el dinero

Adiós al botín...


Ficha técnica

Director: Stanley Kubrick
Guión: S. Kubrick y Jim Thompson
Productor: James B. Harris
Música: Gerald Fried
Cinematografía: Lucien Ballard
Edición: Betty Steinberg
Dirección de arte: Ruth Sobotkca

Reparto

Sterling Hayden como Johnny Clay
Coleen Gray como Fay
Vince Edwards como Val Cannon
Jay C. Flippen como Marvin Unger
Ted de Corsica como Randy Kennan
Marie Windsor como Sherry Peatty
Elisha Cook Jr. como George Peatty
Joe Sawyer como Mike O’Reilly
Timothy Carey como Nikki Arane
Kola Kwariani como Maurice Oboukhoff
Jay Adler como Leo Tito Vuolo
Joe Turkel como Tiny



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